jueves, 24 de diciembre de 2009

Lírica Popular


LA LÍRICA POPULAR MEDIEVAL


INTRODUCCIÓN


La lírica popular o tradicional es de difusión oral, creada por el pueblo y por lo tanto anónima. Constituye un fondo común a todos los pueblos románicos. Es una poesía vinculada a la religión, a ritos ancestrales, a celebraciones y manifestaciones del carácter de estos pueblos; servía a veces también para transmitir información. Estaba unida siempre a la música.

Al ser literatura oral y anónima, se desconoce la fecha de composición de estos poemas, aunque es evidente que se remonta a épocas muy lejanas. El hecho de haberla conservado se debe a los escritores cultos, que admirados por su belleza la recogieron o la intercalaron en sus composiciones cultas.

Por lo tanto al estudiar la lírica medieval popular o tradicional estamos estudiando los primeros testimonios de literatura de nuestra lengua.

La lírica popular está representada por tres tipos de composiciones:

Las jarchas: la composición más antigua en una lengua española (las más antiguas conservadas son del s. XI, y hay presencia de ellas hasta el s. XIV).

Las cantigas de amigo galaico-portuguesas: en gallego-portugués (desde finales del s. XII hasta finales del XIV).

Los villancicos: desde finales del s. XV hasta finales del s. XVIII.

La muestra más antigua de lírica popular que conservamos son, pues, las jarchas, del s. XI las más antiguas.

El descubrimiento de las jarchas permite asegurar que muy tempranamente existió una poesía lírica popular en toda la España cristiana, de caracteres muy semejantes. En efecto muchos rasgos temáticos, expresivos y métricos de las jarchas aparecen también en la lírica popular gallega y castellana. Hay dos teorías: una de ellas asegura que la semejanza se produce porque lo generaba las mismas o parecidas vivencias y el mismo tiempo o época; otra da mucha importancia al hecho de que desde las jarchas andaluzas hayan de pasar dos siglos para que aparezcan los primeros textos conservados de lírica galaico-portuguesa (s. XIII-XIV) y aún más para los primeros conservados en Castilla (s. XV). Los músicos árabes pronto alcanzaron fama en todas las cortes españolas, incluso francesas, donde eran contratados habitualmente incluso hasta en la época de los reyes católicos, por lo que la influencia pudo ser muy fácil. No hay que olvidar que en estas líricas posteriores se imitan o repiten estructuras ya dadas en las jarchas y que el zéjel árabe va a ser popularísimo en la lírica castellana, como tal y como villancico. Es evidente que no tardó tanto (s. XIII o XV), pero que sí mama de la fuente andaluza. Américo Castro dice que la escasez de textos castellanos anteriores al s. XV corresponde a la escasez de su cultivo. El alma castellana, más severa, habría rechazado esas efusiones líricas.

LAS JARCHAS


Durante mucho tiempo se creyó que toda la lírica románica se había originado a partir de la provenzal. Sin embargo, las muestras más remotas de poesía provenzal se sitúan en torno a 1.100 (s. XII), que son los poemas de Guillermo IX, duque de Aquitania. Las primeras piezas conservadas en galaico-portugués fueron compuestas en la última década del s. XII.

En 1948, S. M. Stern, descubre unos breves poemas escritos en mozárabe, con lo que se viene abajo toda la teoría del origen provenzal.

La jarcha más antigua (en caracteres hebreos) no es posterior a 1042. Si el poema es popular, recogido de la calle, la composición no es posterior al año 1000, incluso anterior. Está dentro de una moaxaja.

Como vimos en la lírica culta, la moaxaja constaba de 5 estrofas, de dos partes cada una; la 1ª de ella con rima propia, y la 2ª común a todas las estrofas, y, a veces, también encabeza el poema: (AA) BBBAA, CCCAA, DDDAA, EEEAA, FFFAA.

Las moaxajas, compuestas en árabe o hebreo clásicos, llevaban las jarchas a modo de estribillo, que son los versos de la rima común, en lengua mozárabe. Al no escribirse las vocales en las lenguas anteriormente citadas, la transcripción a veces es complicada.
El zéjel, la otra composición de la lírica culta hispano-árabe, estaba siempre escrito en árabe vulgar y nunca llevaba jarchas romances, a pesar de que incorporara aisladamente palabras del dialecto romance (esto era común en el habla del árabe vulgar de la península).

Los poetas árabes y hebreos, pues, recogieron estos cantecillos populares y sobre ellos compusieron sus moaxajas; a veces hay jarchas que utilizaban dos poetas diferentes.

Características de las jarchas:


Pertenecen a un género de poesía de amor femenino: expresan el anhelo de una doncella en la ausencia de su amante, el dolor de su partida o infidelidad, o –menos frecuentemente- el júbilo ante su presencia, siempre a su madre o hermanas. Pero ninguna de las moaxajas conservadas (pese a que las emociones expresadas en las jarchas sean femeninas) constituye un poema amoroso dirigido a un hombre por una mujer, y pocos de estos poemas expresan un amor hacia el otro sexo. Son en su mayoría panegíricos dirigidos a un protector o en algunos casos expresan un eros homosexual. Viene a ser así la jarcha como un símil prolongado: el poeta, sin la protección de su dueño es como una doncella privada de su amante; esta analogía deja paso a la canción de la muchacha, auténtica clímax emocional de todo el poema.

Están escritas en mozárabe, con caracteres gráficos árabes o hebreos.

Por tratarse de una lengua romance muy conservadora muestran muchos arabismos, arcaísmos y fluctuaciones fonéticas.

Se caracterizan por su simplicidad y por tener muy pocos recursos expresivos (básicamente: reiteraciones, interrogaciones y exclamaciones).

Otra de sus características es la ausencia casi total de localización concreta que las enmarque. Pocas referencias a objetos materiales, casas, vestidos, casi todos los objetos aludidos son símiles o metáforas. Abundan, sin embargo, referencias al corazón de la amante o a las penas de amor. Esta subjetivización se concreta en el uso que hacen las jarchas de una especie casi universal de poema amoroso, las canciones en torno a la aurora, con sus dos variedades: el alba (partida de los amantes) y la alborada (en la que los amantes se encuentran gozosamente al amanecer). Formas que cuentan con representaciones en muchas lenguas. En las jarchas de este tema, la aurora se ha convertido metafóricamente en el amante.

En cuanto a su estructura métrica, se caracteriza por su irregularidad e imprecisión: constan de dos, tres o cuatro versos de medida y rima variables.

Las semejanzas que se han querido ver entre las jarchas y la lírica popular del N. de Francia, es lógica sólo por un hecho: cualquier grupo de composición de amor presenta semejanzas con otro por la simple coincidencia de unas emociones básicas.

CANTIGAS DE AMIGO


Estas cantigas también se recogieron en los cancioneiros.

Las cantigas de amigo son breves cantos líricos que entona una mujer enamorada. Coinciden en esto con las jarchas y con los villancicos castellanos posteriores, pero revelan una tradición muy antigua. Así como en las jarchas la confidente de la muchacha son su madre o hermanas, aquí también es la Naturaleza a quien se dirige la voz poética femenina (olas, árboles, pájaros). Parece que estas tres regiones (Andalucía, Galicia y Castilla) desarrollaron independientemente un fondo lírico común a toda la península.

La estructura de estas suele ser muy sencilla: unas pocas estrofas, que repiten el mismo tema, con los mismos versos, salvo una leve variación entre ellos. Este recurso poético se llama paralelismo, y es típico de la literatura más primitiva (se produce, por ejemplo, en los versículos de la Biblia).

El paralelismo produce un efecto de inmovilidad: el tema no progresa o progresa escasamente. El lector queda fijado en él y el efecto es intensamente lírico (ver por ejemplo Ondas do mar de Vigo de Martín Codas.

Otro recurso es el leixaprén (toma y deja), que completa la estructura paralelística repitiendo algún verso anterior con el que comienza una nueva estrofa.

Las cantigas de amigo, debido a la influencia de las escuelas líricas trovadorescas que se establecieron en Galicia, se caracterizan por la regularidad y precisión métricas. Esto se manifiesta en su tendencia a la igualdad de sílabas en sus versos y a la rima consonante.

VILLANCICOS


Durante mucho tiempo se creyó que Castilla no había poseído una lírica cantada por el pueblo, a diferencia de Andalucía o Galicia. Parece ser que sí, pero no se recoge hasta el s. XV.

A partir de este siglo, ciertos autores, sensibles a su belleza, intercalan ciertos estribillos en sus propios poemas (igual que los árabes y judíos con las jarchas). Así Santillana introduce versillos que conocía por oírlos cantar al pueblo:

La otra con gran tristura
comenzó de suspirar
e decir este cantar
con muy honesta mesura:
“La niña que amores ha,
sola, ¿cómo dormirá?”

Este gusto por los cantarcillos se fue desarrollando y en adelante se recogieron en cancioneros (incluso con la música) o se incluyeron en comedias (s. de Oro, Lope de Vega) y hasta serían imitados por poetas cultos (Lope, Góngora…).

Es decir, llamamos lírica tradicional castellana al conjunto de aquellos poemillas anónimos que ha cantado el pueblo de Castilla. Tiene inciertos orígenes y se mantuvo en el gusto popular en los siglos posteriores hasta hoy mismo.

Esas cancioncillas recogen los más variados aspectos de la vida del pueblo. Existe un curioso parentesco con las jarchas y las cantigas de amigo, por ejemplo, muchas están puestas en boca de una mujer y más semejanzas formales.

Su lenguaje es transparente y a la vez de gran densidad, capaz de sugerir más de lo que dice. Versificación variada, siempre en metros cortos y ágiles, estrofas como el zéjel (estribillo sin estructura fija que canta el coro y 4 versos que canta el solista. De estos 4 versos, los 3 primeros constituyen la mudanza y son asonantes y monorrimos; el 4º, llamado de vuelta, rima con el estribillo, servía de señal para el coro, que repetía a continuación el estribillo. Invento también de Mucaddam el villancico glosado (o zéjel) (estribillo con estrofas que lo desarrollan) y otros muchos.

La poesía popular es un inmenso tesoro de nuestra literatura. Hay que recordar que ni una sola de estas cancioncillas se nos ha conservado en antiguos manuscritos medievales; las conocemos sólo porque se han recogido en textos a partir del s. XV. Por supuesto, una parte de las canciones anónimas que hoy sigue cantando el pueblo son igualmente de origen medieval.

Sus temas son muy variados:


Las canciones de amor son las más numerosas, sobre todo las puestas en boca de mujer: las de alba eran cantos de amanecer:

Al alba venid, buen amigo,

al alba venid.

Amigo el que yo más quería,
venid al alba del día.

Amigo el que yo más amaba,
venid a la luz del alba.

Venid a la luz del día,
non tragáis compañía.

Venid a la luz del alba,
no tragáis gran compaña.


Escuchen esta interpretación hecha por la soprano Montserrat Figueiras, acompañada por un arpa renacentista.




Hay cantos funerarios: planto, llanto, endecha.

• Las mayas: triunfo de la primavera y el amor.
• Canciones de trabajo, de la recolección (el zéjel de las tres morillas).
• Canciones de vela: quienes debían pasar la noche sin dormir podían ahuyentar el sueño cantando una canción de vela. Gonzalo de Berceo (s. XIII) incluyó alguna en sus libros dedicados a la Virgen.
• Canciones de serranas: un viajero pedía auxilio a una mujer, habitante de una sierra, para pasarla.

Todas estas cancioncillas estaban llenas de símbolos populares:

• Huerto, vergel: lugar de encuentro de los enamorados.
• Rosa: doncellez, el nacimiento de la rosa es el nacimiento del amor. Si se corta la rosa se pierde la virginidad.
• Ruiseñor, azor, halcón, ciervo: símbolo del amado.
• Garza, tortolita, paloma, cervatillo: la amada.
• Río, fuente: lugar de encuentro, renovación y fecundidad del amor. El agua que corre es símbolo de la fertilidad.
• Agua clara: amores limpios.
• Agua turbia: amores malos.
• Estar mojado: estar enamorado.
• El baño: acto del amor.
• Recoger flores, frutos: estar enamorada, o perder la virginidad.
• Los limones, como todos los cítricos, afrodisíacos: órganos masculinos, senos.
• Cabellos largos: virginidad. Gozar de los cabellos era gozar del amor.
• Peinarse: aceptar el amor.
• Cabellos cortos: no virgen, con toca: casada.

Estructura:

La estructura de las cancioncillas populares es muy variada. En origen de 2 a 4 versos que luego son glosados, es decir ampliados con más versos. La glosa suele presentar tres formas:


Estructura zejelesca: el zéjel estaba compuesto por dos estrofas formada cada una de ellas por un estribillo de 2 versos y una mudanza formada por 3 versos monorrimos y uno de vuelta que rima con el estribillo.

Estructura paralelística: con o sin encadenamiento.

Estructura mixta: se mezclan el paralelismo y el zéjel (paralelismo zejelesco).






Se conservan siete Cantigas de Martín Códax.
Este video lo realicé utilizando dos cantigas, porque, personalmente, son las que más me gustan.
Las imágenes son del mar de Vigo, Galicia.
Las cantigas se acompañaban (y acompañan en la actualidad) con un instrumento llamado Ravel. Es un cordófono frotado, como el violín, pero con muy pocas cuerdas.



Tañedor medieval de ravel
Ravel actual

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