LOS ESPAÑOLES EN LA LITERATURA
Ramón Menéndez Pidal
Ramón Menéndez Pidal
¿Hay caracteres perdurables en la literatura española?
Objeto y posibilidad de una caracterización.
(Resumen)
I Sobriedad:
La sobriedad psicológica implica inclinación a la sencillez en todas las manifestaciones de la vida. En el arte lleva a usar aquellas formas conceptuales y de expresión que el espíritu obtiene en una intuición vigorosa de la realidad; por lo común es la sencillez natural; menos veces es la sencillez trabajada, que se esfuerza en reducir lo complicado para lograr una difícil facilidad.
Espontaneidad e Improvisación:
Al hombre hispano lo distingue la acción, descuidada de la perfección. Saben vencer las dificultades, pero no saben llevar hasta el final la victoria. En arte producen más improvisadores geniales más que maestros consumados. La pasión por el trabajo en el genio español no conduce al ahincado perfeccionamiento de la obra, sino al frecuente renuevo de la producción (Alfonso X, Lope, Galdós, Menéndez Pelayo…)
La improvisación es norma bastante general hasta en los más grandes escritores de todos los tiempos.
La confianza en la suficiencia de lo espontáneo trae el descuido en el estudio, sobre todo en el de las literaturas extranjeras. Si bien la plena espontaneidad con su natural frescura llega a producir grandes aciertos en el arte, conduce más comúnmente a una abandonada facilidad.
Las escuelas literarias se constituyeron pocas veces y sus batallas no fueron reñidas a favor de determinadas reglas, sino para liberarse de las reglas.
Verso amétrico y Asonancia.
La versificación española propende a formas métricas menos cuidadas, menos artificiosas.
Verso amétrico y Asonancia.
La versificación española propende a formas métricas menos cuidadas, menos artificiosas.
El verso anisosílabo va unido a la rima, también primitiva, asonante.
Esta rima no se dejó de usar nunca, desde la Edad Media hasta nuestros días.
En la época moderna usan el asonante los mejores poetas, aun los menos influidos por la musa tradicional.
II Arte para todos.
El arte para la vida. Pragmatismo.
El arte es concebido como impulso vital, no como profesión especial estudio. Aquí “las armas y las letras” no es mero tema de discusión retórica; es síntesis efectiva en innumerables individuos (Juan Manuel, Santillana, Manrique, Gracilazo, Cervantes, Lope, Calderón, Duque de Rivas, etc.) El romancero tiene este carácter, este valor, práctico historial.
Arte de mayorías.
La sobriedad y la sencillez aproximan al hombre eminente al hombre común.
II Arte para todos.
El arte para la vida. Pragmatismo.
El arte es concebido como impulso vital, no como profesión especial estudio. Aquí “las armas y las letras” no es mero tema de discusión retórica; es síntesis efectiva en innumerables individuos (Juan Manuel, Santillana, Manrique, Gracilazo, Cervantes, Lope, Calderón, Duque de Rivas, etc.) El romancero tiene este carácter, este valor, práctico historial.
Arte de mayorías.
La sobriedad y la sencillez aproximan al hombre eminente al hombre común.
El arte español es principalmente u arte destinado a las mayorías. La cualidad que va aparejada a ese arte de mayorías es la sencillez en la exposición del pensamiento, ausencias de excesivas complicaciones de concepción y de expresión.
Anonimia abundante:
El acercamiento del escritor al público llega a tanto que el autor se confunde con la comunidad, desaparece en ella, anónimo.
Colectivismo:
Muchas veces los lectores se entrometen en la obra de un autor.
Anonimia abundante:
El acercamiento del escritor al público llega a tanto que el autor se confunde con la comunidad, desaparece en ella, anónimo.
Colectivismo:
Muchas veces los lectores se entrometen en la obra de un autor.
Colaboración, refundiciones.
Muchas comedias de Lope llegaron a nosotros por refundiciones no se sabe de quién. Piénsese también en La Celestina, el Lazarillo, el Quijote, Amadís, etec.
III Austeridad ética y estética:
Austeridad moral:
La sobriedad ética responde a la preocupación por los intereses sociales: el arte, para la vida.
III Austeridad ética y estética:
Austeridad moral:
La sobriedad ética responde a la preocupación por los intereses sociales: el arte, para la vida.
En Francia del siglo XIII los rondeles y bailadas, cancioncillas de amor adúltero en que la mujer con su amante burlan y maldicen del marido celoso (gelos) no se hallan en todo el repertorio galaico-portugués-castellano ni una sola muestra de este tipo, al cual sustituyen las “cantigas de amigo”, poesías de amor virginal, de niñas que conversan con su madre o amigas acerca del enamorado ausente.
Más adelante están el Conde Lucanor, el Arcipreste de Talavera, las Novelas Ejemplares, etc., Lope, Quevedo, Góngora, Calderón, etc.
Realismo:
El realismo español no consiste en ninguna preocupación de verismo inerte, sino en cocebir la idealidad poética muy cerca de la realidad, muy sobriamente.
Realismo:
El realismo español no consiste en ninguna preocupación de verismo inerte, sino en cocebir la idealidad poética muy cerca de la realidad, muy sobriamente.
Parquedad en lo maravilloso y fantástico. Escasez de elementos maravillosos. Es propensión esencial de la imaginación española el tratar lo maravilloso, no como puramente fantástico, sino como una realidad extraordinaria, una segunda realidad. ¿Cómo se explican sino las comedias de santos?
IV Tradicionalismo:
Persistencia de los temas poéticos:
En una poesía que propende a la mayor espontaneidad, a la improvisación, las obras producidas, como a menudo carecen de perfección última que las eternicen, se hunden a montones en la nada. Ejemplos son la desaparición casi completa de la epopeya medieval, o la pérdida de hasta el setenta por ciento de la obra de Lope. Pero en compensación los temas inspiradores de esas obras sobreviven a tanta pérdida, y se reproducen en varias nuevas formas.
IV Tradicionalismo:
Persistencia de los temas poéticos:
En una poesía que propende a la mayor espontaneidad, a la improvisación, las obras producidas, como a menudo carecen de perfección última que las eternicen, se hunden a montones en la nada. Ejemplos son la desaparición casi completa de la epopeya medieval, o la pérdida de hasta el setenta por ciento de la obra de Lope. Pero en compensación los temas inspiradores de esas obras sobreviven a tanta pérdida, y se reproducen en varias nuevas formas.
Cada uno de estos asuntos heroicos recibe forma variada en la epopeya, en las crónicas, en el romancero, en la comedia clásica, en el drama neoclásico, romántico o moderno, en la poemática y en la lírica de varios tiempos, en la novela…
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