domingo, 27 de diciembre de 2009

Mitología Nórdica - Las Eddas


Mitología Nórdica

Los mitos nórdicos se formaron en el Cáucaso y llegaron hasta el Rhin sobreviviendo más tiempo en los países escandinavos, especialmente en Islandia, la tierra del hielo y el fuego.

Etapas del Mito:

En más o en menos los autores reconocen que la formación de los mitos es lenta y atraviesa principalmente tres etapas:

1. La etapa mágica: su comienzo es animista y mágico; los hombres creen ver en los fenómenos naturales y en los fetiches que fabrican, ciertas fuerzas extranaturales. Son como vagas deidades impersonales.

2. La etapa figurativa: durante la misma, esas fuerzas mágicas, ínsitas en las cosas, se separan y adquieren personería. Es el momento en que los dioses toman su nombre propio. La mitología nórdica había llegado a este paso cuando se encontró con el cristianismo.

3. La etapa del panteón: por último esos dioses traban relaciones entre sí y adquieren una función determinada dentro del conjunto mítico. Aquí están ubicados los dioses supremos e inferiores, solares y tectónicos, diurnos y nocturnos, buenos y malos. Por no haber alcanzado esta etapa, la mitología nórdica es desordenada.

Los mitos del norte:

“No se debe negar a la mitología nórdica una trágica grandiosidad y una dinámica tesitura no alcanzada por ninguna otra mitología”

(Bruno Vignola, “Historia de las religiones”).

En la mitología nórdica es dable encontrar mitologemas comunes a otras culturas primitivas.
Algo llama la atención en la mitología germánica, y es la serie de contrarios que narra; casi estamos tentados en llamarla “mitología de las antinomias”, entre las cuales se destaca la guerra como la más grave.

“De la mitología nórdica se puede decir, con Paul Valéry, lo que de la poesía actual, y es que incita más a arrojarse en el corazón de la existencia que a su conocimiento y contemplación”. Y nosotros agregaríamos que ello es así puesto que la poesía actual está bajo la influencia de lo nórdico.
“Tampoco se debe ignorar un hecho importante: en el mundo nórdico, la carencia de personificaciones netas como las del mundo meridional, se basa en el carácter dinámico, fluente, metafórico y hasta cierto punto indeciso de las creencias de dichos pueblos septentrionales” (Cirot).

Génesis del Todo

Dice el mito que en un comienzo sólo existía un gran Abismo Abierto o Ginungagap dentro del cual había una región de hielo y niebla hacia el norte y otras de llamas y fuego hacia el sur (antinomia del hielo y el fuego). Esta oposición puede haber sido sugerida por la misma naturaleza de Islandia (isla ártica con numerosos y enormes geisers).
Agrega el mito que en ese Abismo Abierto vivía un “hombre” llamado Ymir; algo así como un ser primordial que se alimentaba de la leche de una vaca fantástica. No había dios alguno. Los dioses vinieron después de Ymir. Nacen precisamente de éste y son de dos razas diferentes y opuestas: los Anen y los Wanen (antinomia de los dioses).
Son estos dioses los que modelan la tierra firme y en ella forman el Jardín Central o Mittgard. En una playa del Mittgard aparecen un día, un fresno que es un hombre, Ask, y un olmo que es una mujer, Embla, y en ellos comienza la raza humana. Era aquella una época de oro en que no se conocía la guerra.

Tres cosas queremos destacar de este mito:

a. En primer lugar no existe el concepto de “creación a partir de la nada” propia de los cristianos, puesto que antes de ser creada la tierra por los dioses, y a existía el Abismo Abierto, el Hombre y la Vaca, cuya creación y origen no se explica.

b. Las antinomias que hemos señalado son un rasgo característico de los nórdicos y que influirá en la filosofía moderna.

c. El hombre es anterior a los dioses y resulta imposible dejar de percibir en este mito el brote de aquel humanismo absoluto que, en tiempos modernos, exaltará al hombre a la categoría de un dios (ver Nietzsche).

Odín y el Lobo

El supremo Padre de Todos en los países escandinavos es Odín, dios de la guerra que, en los países germanos, se llamó Wotan (la palabra “dios” es de origen ario o indoeuropeo y significa tanto como “Padre del Cielo”. Etimológicamente lo más seguro es que derive de “dievus” que luego de varias transformaciones, llega al griego como “Zeus” y de ahí al latín como “Ju-piter”, y más tarde “Divus”. La palabra semítica que menciona a la divinidad es otra: “Elhoim”).
Wotan tiene un hijo que es Thor. Al final de los tiempos, durante el Ragnarök, Odín se enfrentará con el Lobo, símbolo del mal, y será devorado por éste. Mientras tanto Odín vigila.

Señalaremos dos cosas en este mito:

a. La antinomia entre el bien y el mal, simbolizada entre Odín y el Lobo y la derrota final del bien; ello concuerda ajustadamente con el espíritu ora exaltado ora pesimista de los germanos.
b. El hecho de que Odín no sea dios de la justicia y la armonía, sino de la “guerra” es decir, de los contarios que luchan entre sí; esto se explica por la naturaleza guerrera de los hombres de norte. En cambio en Grecia, Marte, dios de la guerra, estaba subordinado a Zeus, y no era pues, el primero.

Thor y Loki:

Thor es el hijo de Odín y simboliza el trueno armado con su martillo Myölnir que es el rayo. La misión de Thor es nobilísima y consiste en combatir permanentemente a los gigantes de hielo y a los gigantes de fuego, otra simbolización del mal. Con furia arroja Thor a Myölnir, el rayo, contra esos monstruos de las montañas.
Pero su enemigo último y definitivo es Loki, dios de todas las fuerzas del mal, con quien Thor deberá luchar durante el Ragnarök hasta ser vencido por éste. “El mitologema central de la serio arcaica del Edda estuvo constituido por la lucha de Thor contra Loki”.

Y aquí debemos señalar:

a. nuevamente la derrota de las fuerzas del bien por las del mal, lo que otorga a esta mitología una diferencia polar con las ideas de otras culturas.

b. Otra antinomia más.

Valquirias y Nornas:
Las Valquirias son las salvadoras de los guerreros que mueren en combate. Bajo el mando de Odín señalan quiénes han de morir heroicamente; luego los recogen en sus fuertes corceles y los llevan al Walhalla donde, una vez vueltos a la vida, les sirven. “Las Valquirias son una extraña mezcla de belleza y ferocidad, de femineidad y fortaleza, crean un ambiente de misteriosa sensualidad donde se unen la muerte y la vida, y que las hace obsesivamente atrayentes”.

Las Nornas son todo lo contrario, es decir, simbolizan la perversidad. En un comienzo la Edad de Oro estaba fuera del tiempo y, por lo tanto, nadie envejecía (mito de la eterna juventud); como no había tiempo, tampoco había destino pues todo estaba ya cumplido. Pero un día, de la tierra de los gigantes, el Asgard, que está más allá del Mittgard, vinieron las mujeres en número de tres, las Nornas. Con ellas comenzó el tiempo pues representaban el Pasado, el Presente y el Futuro. Ahora los hombres comenzaron a envejecer y hubo para ellos destino, el que era dictado, precisamente, por las Nornas y cuyo cumplimiento era fatal. Con las Mujeres, además, comienza la guerra y concluye la Edad Dorada.

Freya es la diosa del amor voluptuoso, es decir, la Afrodita de los bárbaros y simbolizó el canto a la vida terrena.

Freya es la diosa más hermosa.
Gústanle los cantos de amor;
A ella conviene recurrir
En los asuntos del corazón”

(de la Edda de Snorry)

Las sugerencias que estos mitos provocan podemos resumirlas así:

a. Una nueva antinomia entre las Valquirias que son las salvadoras y las Nornas que son perversas. Y también se desliza aquí el enigma de la vida y la muerte.

b. Las Valquirias, como constante presencia femenina, aumenta en los guerreros su coraje. A su turno los caballeros medievales tendrán siempre presente a su dama (“Las Valquirias resultan para los hombres del norte una necesidad y un elemento de gran valía para excitar el instinto fanático” Cirot).

c. También la antinomia entre las Valquirias y Freya, pues la primera incita a los hombres a la muerte, mientras la segunda los ata a la vida sensible.

Naturaleza y Arte Abstracto:

Los hombres del norte tuvieron una especial predilección por la naturaleza, pero entendida como “bosque”; allí, en la penumbra del follaje o en las fuentes de los ríos habitaban dioses, héroes, doncellas y monstruos. El lugar de culto eran los grandes árboles o los bosquecillos sagrados. En cambio la naturaleza para los griegos (Phycis) era más bien el cielo diáfano del Mediterráneo o los astros que relumbraban en la noche.
El Fresno Universal llamado Iggdrasill se encontraba en el Mittgard. En sus ramas anidaban los dioses y de su follaje se desprendía un constante rocío que mantenía el verdor de los campos:
Dicho fresno es el más colosal
Y el más majestuoso de todos los árboles.
Sus ramas se ciernen sobre todos los mundos
Y llegan por encima de los cielos.
Es el Fresno Iggdrasill,
En él hallarás a los dioses
Dictando sentencias todos los días”

(Snorry)

Las observaciones que cabe consignar son las siguientes:

a. El Fresno Universal parece significar la totalidad y, por tanto, la unidad de los contrarios. Sin embargo llevaba larvada la contradicción. Más adelante en el Renacimiento la naturaleza asumirá dos significados dicotómicos. “Es notable ese sentido vital y casi panteísta con que los pueblos nórdicos conciben a la naturaleza y que contrasta con los sentimientos trágicos que otras veces les sugiere” (Branston).

b. Pese a esa inclinación por lo orgánico y vital, el arte nórdico fue abstracto y esquemático. Es inexplicable que, por una parte, se busque lo biológico y, por la otra, lo geométrico. Una columna gótica de un templo es un árbol pero tan estilizado que ni se lo reconoce.

El Walhalla o Salón de los Muertos:

El Walhalla es el cielo de los hombres nórdicos. Allí van los muertos en combate para entrar en la Batalla Perdurable. Odín, que es el padre de los muertos, los recibe en ese inmenso lugar cuando las Valquirias los traen. Allí los héroes continúan guerreando todos los días, y, de morir, al día siguiente resucitan. De este modo se preparan, junto a Odín, para el Ragnarök, gran batalla en que los dioses han de enfrentarse con las fuerzas del mal.
“La creencia en el Walhalla y en los placeres de una existencia extraterrena hubo de surgir para amparar la vocación guerrera en una continua vida de combates y de prelaciones peligrosas o de aventuras casi inconcebibles sobre navíos como barquichuelos por los helados mares del norte” (Cirot). En el Walhalla los guerreros también juegan, beben y disfrutan.
En cambo los cobardes bajan al Hel y de allí al Niflhel, que se halla en las más remotas profundidades, nueve mundos más abajo (Brandston). Es imposible dejar de ver en esta imagen la influencia remota en los diversos círculos que Dante y Virgilio van descendiendo en el Infierno de la Divina Comedia escrita muchos siglos después.

Y observemos:

a. Los nórdicos no pudieron concebir otro paraíso que el de la perpetua contradicción, cuyo prototipo es la guerra, lo cual contrasta fuertemente con la armonía de las celestes esferas que los griegos admiraban como lo sublime.

b. No es un cielo para todos sino únicamente para los nobles guerreros. La diferencia con la religión cristiana se echa de ver por sí sola en la cual la promesa del cielo está reservada para aquellos que hayan conservado su temeroso corazón de niños.

El Ragnarök:

El Ragnarök o Destrucción de los Poderes Divinos es la creación más terrible del mito nórdico. Al final de los tiempos habrá una sangrienta y helada lucha en la cual las fuerzas de los dioses serán destruidas por los monstruos tectónicos capitaneados por Loki. “El mito del Hel se refiere a un lugar subterráneo, oscuro y misterioso, cárcel de monstruos que se rebelan y alteran el orden establecido y prefigurado por los dioses” (Branston). En alemán Götterdämerung, Crepúsculo de los Dioses.

El sol se oscurece,
La tierra se hunde en el mar;
De sus puestos en el firmamento
Las fúlgidas estrellas se desprenden;
Fuego y húmedo ascienden
A lo alto y chocan
Con ardor caliginoso
Contra el propio dielo.

El sol de los dioses de las batallas
Relampaguea en su espada;
Las cimas de los despeñaderos caen
Cuando los gnomos corren;
Los cadáveres marchan por el camino infernal
Y el cielo se parte.

El hermano con el hermano contiende,
Uno y otro se destrozan;
Hijas e hijos
Se mezclan incestuosamente;
El hombre es el juguete
de una ingente prostitución;
tiempo de hacha y espada,
los escudos se hendirán;
tiempo de viento y de lobo,
antes que el mundo termine.

El mar tempestuoso
Escupe a la faz del cielo,
Penetra en la tierra
Y anega el firmamento,
Del que se desencadenan celliscas
Y crueles vendavales;
Porque así acontecerá
Cuando los poderes estén condenados.

(Del Völuspá)

“La irrupción de los monstruos teutónicos en la región de los dioses provoca la Conflagración” (Cencillo). El Fuego lo devora todo y el mundo se reduce a cenizas; un gran año cósmico ha concluido. Hasta las fuerzas del mal serán calcinadas. Luego se iniciará otro año cósmico que tendrá igual suerte (“Sobre el carácter trágico planea, sin embargo, la misma esperanza que señala la religión más antigua de la India, pues, tras el Ragnarök, con el fin del mundo por el fuego, todo ha de resucitar más puro y renovado” (Cirot). No compartimos esta opinión, pues, el nuevo ciclo que empieza concluirá de igual modo y así eternamente, aunque se admita que cada ciclo es superior al anterior. El mito del Eterno Retorno no deja escapatoria. El Eterno Retorno de los nórdicos (ver Netzsche).

El Ragnarök merece muchos comentarios, pero nos reduciremos a estos:

a. Todo el mito nórdico es pesimista, como el oriental, pues algún parentesco tienen y que les vienen de su origen común. El triunfo del mal es inevitable, la tierra reventará al cielo, la materia asolará al espíritu.

b. Y no podía ser de otro modo, pues aquel Abismo Abierto, origen de todo, al final de los tiempos volverá a tragarse los hombres y los dioses que de él salieron. Poner al hombre antes que a los dioses es invertir el orden de las cosas y ello no puede sino concluir en la destrucción de ambos. Humanismo más materialismo no llevan sino a la negación.

c. El temperamento gótico es así: exaltación primero y desesperación después; primero Hegel, luego Kierkegaard. La influencia de esta actitud hará nublarse en occidente aquel carácter clásico de virtudes con medida y armonía que ponía freno, tanto en la victoria cuanto en la derrota, a griegos y romanos.

d. Y ello es producto de la falta de “logos”, es decir, de la carencia de una visión intelectual de la realidad, reemplazada por el “corazón” liberado a sus propias fuerzas que tanto estalla como se deprime.

Ragnarök y Apocalipsis:

El Apocalipsis es el último libro de la revelación cristiana y que adelanta lo que ocurrirá al final de los tiempos. La interpretación pesimista del Apocalipsis es un canto de esperanza de la nueva vida en nuevos cielos y nueva tierra; es el triunfo del amor de Cristo cuando las naciones sean puestas como alfombras bajo sus pies. Nada hay sobre el poder de la mansedumbre del Cordero, puesto que él es “el que abre y nadie cierra y el que cierra y nadie abre”. La propia iniquidad de los hombres los destruirá en sucesivas plagas cuando los astros se retiren y el cielo se repliegue para dar paso a la luz. Se echa de ver que los sentidos del Ragnarök y del Apocalipsis son polares, inconfundibles.

Supervivencia del Mito:
Numerosos son los órdenes en los cuales podemos encontrar rastros de los antiguos mitos. “Buena parte de los mitos permanece todavía viva, y es capaz de estimular la imaginación y la voluntad del hombre” (Cirot).

1. Se ha señalado que el mito, al perder su fuerza peculiar, ha quedado relegado al mundo de los cuentos infantiles. Caperucita Roja y el Lobo; Blanca Nieves y los Siete Enanitos; Los Viajes de Gulliver (al país de los enanos y al país de los gigantes), tienen sin dudas antecedentes mitológicos. Thor, por ejemplo, es el inspirador de las novelas policiales, de las historietas y películas en las cuales el actor lucha incansablemente contra el mal.

2. En el arte hay referencias expresas al mito como en el caso de Ricardo Wagner y su ópera: “El anillo del Nibelungo”, que concluye con el Götterdämerung. En las películas de Bergman, las referencias son implícitas y suscitadas en un ambiente de misterio e irrealidad; en su temática golpea angustiosamente la pregunta por el sentido de una existencia predestinada al desastre.

3. En Islandia se conserva la costumbre de celebrar una lucha de caballos en honor a Odín. En Suecia se pueden encontrar túmulos y bosquecillos sagrados. No hay dudas de que el Árbol de Navidad desciende del Fresno Universal debidamente bautizado. En algunas catedrales góticas se pueden apreciar bajorrelieves de enanos y dragones.

4. Thor, el gran caballero del mito, también debidamente cristianizado, dará lugar a la épica medieval de caballería; a ese ideal de justicia que impartía el brazo armado del caballero en nombre de su Dios y su dama. ¿Quién no ha leído Gilfrido de Ivanhoe, valiente defensor de una bellísima judía? ¿O esa figura más triste del nobilísimo don Quijote, caballero de la Mancha que se enfrentaba a molinos de viento creyendo que eran gigantes?

5. El Romanticismo medieval que colocó a la mujer tan alto como pudo y que en tiempos modernos la exaltará en demasía llegando a creer que es un ser intermedio entre los hombre y los ángeles es también un rastro de las Valkirias. Y Bécquer que cree en Dios porque ella lo ha mirado.

6. El nazismo intentó revivir ese paganismo nórdico, educando militarmente a su juventud.

7. Dice el mito que Odín es el rey de los Condes y Thor de los Siervos, ¿Cómo no ver en esto un lejanísimo antecedente de las luchas de clase?

8. La famosa oscuridad de los filósofos alemanes no tiene otra explicación que la herencia de aquel espíritu fluente, contradictorio, brumoso de los germanos.

9. Durante el Renacimiento la exaltación de la naturaleza deriva directamente del espíritu gótico. El humanismo moderno que se da conjuntamente estaba ya potenciado en el mito del hombre primordial Ymir. Y, por lo mismo, el materialismo recibió un fuerte impulso de esta tendencia hacia lo tectónico, hacia el Abismo Absoluto.

Resumido de:

- Fernández Sabaté: “Lecciones de Filosofía” Editorial Guadalupe, Tomo II. 1985. Pàgs. 12 a 22.

Aunque no comparta muchos de los conceptos del autor de este estudio, lo publiqué porque no deja de ser una visión original del tema.

1 comentario:

I.F.D. Borges

I.F.D. Borges
En la Escuela Normal funciona el Borges